Juan Matos (Almonte) trabaja un centenar de hectáreas de fresas, espárragos, moras, frambuesas y cítricos. Lleva en el sector desde los años 80, «de los primeros en Almonte», asegura. Dice que no quiere «ni pensar» en que la situación de los regadíos no se arregle porque «si no llega el agua se nos caerá todo por lo que llevamos toda la vida luchando».
Su empresa es familiar. Trabajan tres hermanos y seis sobrinos. Él empezó con 20 años en un oficio que ha ido aprendiendo cada día y que ahora da empleo a unas 450 personas, entre las labores de campo y el almacén. La empresa de Matos genera empleo casi todo el año, ya que «empezamos con los cítricos en septiembre y terminamos en julio», en medio se desarrollan el resto de cultivos.
Sabe que si el agua no llega al Condado con un trasvase de 15 hectómetros cúbicos que garantice el agua a 1.500 agricultores de la comarca, el 50 % de su explotación corre peligro. «No quiero ni pensarlo, se desvanecerían las aspiraciones de toda una vida luchando».
